En rastros de vidas y palabras se recogen quince años de escritura de relatos y cuentos, una existencia contada desde la literatura con registros que van de la nostalgia al humor o de la mirada a la actualidad a los sueños imposibles. Estamos ante una obra escrita con la paciencia necesaria que requieren las historias cortas que buscan hacerse grandes en quienes las terminen leyendo. Santiago Gilno publica cuentos desde que lo hiciera en El Parque 2005. Aquí encontraron algunas historias que aparecieron en distintos libros colectivos, pero el ochenta por ciento de lo que se presenta es material, inédito, textos que han ido madurando en casi dos décadas. También se incluye, al final del libro, una nube en la que se puede establecer ese puente, entre el contador de cuentos y el novelista, entre el corredor de larga distancia, y el que de vez en cuando acelera, porque la vida, para ser contada, no nos deja más tiempo que el de la escritura. Por tanto, lo que se presenta es un rastro, como indica el título, más que fiable, de la trayectoria del autor, de su concepción de la literatura y de su madurez literaria.